"El hombre que olvida sus raíces
no tiene futuro"
Rafael Cabanillas
Cuando la lectura forma parte de tu propia esencia desde pequeña, ejercer la profesión de bibliotecaria es un auténtico regalo que te permite descubrir libros maravillosos y conocer, en muchas ocasiones, a sus autores. Si además te gusta escribir, resulta tentador dejar constancia y compartir con el resto del mundo, aquellos hallazgos extraordinarios con los que a veces tienes la suerte de encontrarte.
Mi último hallazgo ha sido Quercus, la primera novela de una trilogía escrita por el manchego Rafael Cabanillas y después de su lectura, no puedo hacer otra cosa que hablar maravillas de ella y recomendarla a todo aquel que me preste oídos.
Curiosamente, este libro me esperaba pacientemente en su estante desde hace unos cuantos meses ya. Conseguí el lote para leerlo y comentarlo en el club de lectura y con tan solo unas páginas leídas, no hice sino preguntarme cómo había tardado tanto tiempo en adentrarme en esta hermosa historia. Hermosa, sí, como la frondosa encina que luce en su portada recortada en el horizonte. Pero dura, durísima, tanto, que se nos queda clavada en las entrañas para siempre.
La novela fue publicada en 2019 por una editorial modesta como es Cuarto Centenario y tras varias ediciones y un imparable éxito entre los lectores, (fruto del boca a boca, que no de costosas campañas publicitarias como ocurre en otros muchos casos), la crítica la compara ya con Intemperie, la magnífica novela de Javier Carrasco, o con los Santos Inocentes de Miguel Delibes, ahí es nada. Coincido con ellos, puesto que desde el principio me recordó a ambas novelas sin haber leído crítica alguna, y aplaudo, desde luego, su merecido éxito. Según el propio autor, este es un homenaje a su admirado Miguel Delibes y no es casualidad que Rafael omitiera los puntos y aparte como hiciera el vallisoletano en su novela.
Los libros son ventanas abiertas al mundo. Al mundo real y al de la imaginación. Ventanas abiertas a millones de historias por descubrir o a nuestra propia historia. Y Quercus nos abre una ventana a un relato estremecedor en donde muy pronto percibimos que ficción y realidad son aristas que convergen con demasiada facilidad. Quercus nos abre un universo de personajes inolvidables, (la mayoría inspirados en personas reales), de oficios olvidados o ya casi desaparecidos (como el de carbonero, corchero, piconero, currucanero...) y nos retrotrae a un pasado no muy lejano en el que el hambre, la miseria, la dura vida del campo, las injusticias, las diferencias de clase, y el éxodo masivo a las ciudades eran el pan nuestro de cada día.
Se trata de una novela coral, aunque el protagonista indiscutible es el joven Abel, un personaje inolvidable inspirado en uno real, Francisco Muñoz, Paquillo. Rafael Cabanillas nos cuenta la historia utilizando la primera persona, como él mismo dice, "metido hasta los huesos" en la piel del protagonista. El lector sufre en carne propia su huida desesperada tras un trágico suceso, sus miedos, su difícil supervivencia, la desesperación que le atenaza... Siente la rabia y la emoción de una historia conmovedora y cruda, pero tremendamente bella y cargada de esperanza.
Rafael Cabanillas ha dedicado su vida a la enseñanza, pero también a observar, a aprender, a escuchar y a recoger el testimonio de los habitantes de los pueblos donde dio clase. El mismo amor que Rafael profesa al campo y a la naturaleza, lo ha sabido inculcar a sus alumnos durante décadas. Y ese mismo amor rezuma en cada página de sus novelas. Sus libros huelen a jara, a romero, a lavanda, a campo y a monte. Describe tan bien los territorios y escenarios en los que suceden, que la naturaleza, los animales y la propia tierra se convierten también en protagonistas.
Pero además, su trilogía ha dado lugar al llamado Territorio Quercus (en los Montes de Toledo), en el que se encuentran tres rutas literarias que recorren los escenarios en los que están inspiradas sus obras. En su lucha particular contra la despoblación de esa España vaciada que tan bien conoce Rafael, ha conseguido que cientos de personas recorran estas rutas cada año, convirtiéndose así en un auténtico fenómeno cultural y turístico. La cultura como elemento dinamizador, de la mano de un auténtico Quijote del siglo XXI cuya pasión ha obrado el milagro.
Conozco a Rafael Cabanillas desde hace apenas unas semanas y me han bastado para poder afirmar que se trata de una persona muy especial cuya cercanía y generosidad no abundan demasiado en los tiempos que corren. Lancé una bengala al universo de internet por si acaso surtiera efecto, y a los pocos minutos ya estaba escuchando su voz a través del teléfono. "Ahora me va a ser imposible ir a tu biblioteca, pero te propongo que seáis vosotros los que vengáis a verme a mí"... Y así fue como surgió la idea de realizar un viaje a Navas de la Estena, en el Parque Nacional de Cabañeros. Un viaje para conocer a Rafael en persona y para disfrutar, una vez más, de esa conjunción tan maravillosa como es la unión de literatura y naturaleza.
Dice de Quercus su editor que todo el que lo lee lo acaba recomendando y no podría estar más de acuerdo. Hay libros que da pena que se terminen y este es uno de ellos. Y una vez concluido, te gustaría que todos lo leyesen, que disfrutasen tanto como tú lo has hecho de su lectura y de su verdad. Por suerte, aún tienes por delante Enjambre y Valhondo, las novelas que completan la trilogía y Maquila, su último título recién publicado.
Y para finalizar, esta humilde bibliotecaria dirá que Quercus es un libro para leer y releer, para regalar, y para guardar en tu biblioteca como un pequeño gran tesoro. La buena literatura sigue existiendo.
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