domingo, 15 de junio de 2025

Una vida

 


Dedicamos gran parte de nuestra vida a esperar,
ignorando que la fiesta está aquí, que somos nosotros.
Recordar es llegar.
                Alejandro Palomas (Una vida)


Es extraño como en la vida, a veces, parece que todo esté hilvanado. En ocasiones, son puntadas apenas perceptibles, casi invisibles y otras, en cambio, esas mismas puntadas se ven a simple vista a poco que les prestamos atención.

El pasado miércoles acabé de leer Una vida, la última novela de Alejandro Palomas. Lo hice con el corazón encogido y lágrimas en los ojos. Hacía mucho que un libro no me emocionaba tanto. Quizá fuera porque el final de Amalia (la protagonista) me transportó inevitablemente al de mi padre, o porque se trata de un relato tan tierno y conmovedor, que traspasa las páginas de la literatura, para acercarnos a lo puramente humano. Al día siguiente,  Julia, la nieta de Amparo Gavidia Murcia, me daba la triste noticia: nuestra querida doña Amparo estaba muy enferma y la habían sedado. Igual que a Amalia, qué cosas.  Con cien años la muerte aguarda a la vuelta de la esquina, sin embargo, la punzada fue dolorosa por inesperada y la emoción me volvió a embargar.

Hoy, 15 de junio, nos hemos levantado sin Amparo. Sabíamos que ocurriría de un momento a otro, pero ha sido hoy, y no ayer, ni mañana, cuando se ha marchado. Hoy, 15 de junio, el cumpleaños de su marido, Enrique García Solana. Hoy, mi cumpleaños. Lo mío puede ser una mera anécdota, una coincidencia triste entre bibliotecarias que hará que el resto de mis días recuerde inevitablemente su partida. Pero lo de Enrique... no me negarán que se trata de una coincidencia asombrosa. Como coincidencia es que este 2025 Amparo haya cumplido 100 años y que se cumplan 50 años del Certamen Molino de la Bella Quiteria. Números redondos, un círculo perfecto. Definitivamente, no, las casualidades no existen.

Una gran fortaleza mental y física ha llevado a Amparo a cumplir un siglo de vida. Una larga vida que ha sido especialmente cruel con esta valenciana de nacimiento, pero munereña de adopción y de corazón. A la pérdida de su marido Enrique se sumaron las de sus dos hijos. Golpes tremendos con los que Amparo Gavidia tuvo que lidiar y seguir adelante, sin otro camino que la entereza y el sentido del deber. Amparo siguió sin ellos al frente del Concurso literario, al frente del Pórtico... Siguió escribiendo, leyendo, trabajando. Siempre tuvo un sentido de vida y estoy convencida de que ahí estriba su fortaleza, sus ganas de seguir. Viktor Frank, el padre de la logoterapia, lo cuenta en su libro El hombre en busca de sentido, necesitamos dar un sentido a nuestras vidas, un motivo por el que seguir adelante. Y no, no es casualidad que últimamente todas mis lecturas, todos mis pasos y pensamientos me lleven a ese libro, a esa filosofía de vida.

La que fuera maestra y primera bibliotecaria de Munera se ha marchado el día de mi cumpleaños y al margen de la tristeza, no puedo sino estar feliz por haber coincidido con esa mujer irrepetible y ejemplo a seguir en todos los aspectos. Y no puedo también, sino estarle agradecida, por el impagable legado cultural que nos dejaron, tanto ella como su familia. Munera llora su pérdida y el nombre de Amparo Gavidia resuena en la provincia y en muchos otros lugares de España. Porque Amparo ha pasado la vida sembrando. Sembrando amor por las letras y la cultura y sembrado también cariño en todos aquellos que se cruzaron con ella a lo largo de su vida. 

Para mi pesar, no tengo ninguna foto a solas con ella. Sin embargo, esta me encanta, porque define muy bien a la mujer que fue Amparo Gavidia Murcia: en el umbral, a la sombra de su preciado molino, huyendo del foco de atención, con la sonrisa de satisfacción y la tranquilidad por el deber cumplido, por el trabajo bien hecho. La viva imagen de una mujer inteligente, valiente, amable, cercana. La sencillez personificada, sin maquillajes ni aderezos, sin alardes de ninguna clase. Así era ella, así fue siempre.

Dice Alejandro Palomas que las madres son eternas. Amparo Gavidia Murcia no fue nuestra madre, pero siempre será eterna y siempre la recordaremos como la gran persona que fue. Esta, tampoco es ninguna casualidad.

Recordar es llegar. 

Gracias por todo, gracias por tanto, querida doña Amparo.


lunes, 2 de junio de 2025

MARIO OBRERO. UN POETA EN MUNERA



"Me gusta pensar que la poesía,

 entre otras muchas cosas,

 es el arte de abolir el olvido, 

de hacer posible lo imposible"

                           Guadalupe Grande


"La poesía en un lugar humilde, no es un palacete, sino una casa hecha de adobe." Así de contundente es Mario Obrero, el joven poeta al que tuve el privilegio de conocer hace unas semanas. ¿Se puede conocer a alguien en tan solo unas horas? Mi respuesta es sí, o al menos, tener la certeza absoluta de que tras ese cuerpo menudo, esa sonrisa dulce y esa cabellera rizada, habita un ser humano excepcional. 

Y es que en verdad, a poco que observes a Mario Obrero, verás que es transparente como el agua, que posee una personalidad tan arrolladora y un talento tan poco común, que su presencia llega a resultar magnética. 

Lo fui a recoger a la estación de tren y hasta Munera lo traje, con todo el cuidado del mundo, como si se tratara de un valiosísimo jarrón de la dinastía Ming que tenía que llegar en perfecto estado a su destino. Hacia el instituto nos dirigimos, aquel chico que podría ser mi hijo y yo. Apenas 21 años (solo 5 años los que le separaban de los chavales que lo esperaban) y nada más entrar al aula, se produjo el milagro. La conexión, el hechizo, el sueño de cualquier maestro, orador o bibliotecaria. Los treinta pares de ojos adolescentes que lo observan con curiosidad no apartan la vista del poeta. Se nota a leguas que se trata de alguien especial. Seguramente ya desde muy pequeño lo era. Me lo imagino escribiendo sus primeros poemas con 7 u 8 añitos. Cuando el resto de sus congéneres le daban patadas a un balón, él escribía versos, titubeantes, inciertos aún, pero versos al fin y al cabo. 

Imagino a su madre, maestra de profesión, leerle cuentos y poemas antes de dormir, con el más profundo amor a la palabra y a la literatura. Solo así es explicable el talento de este joven que rezuma sensibilidad por cada poro de su ser. Su verdad es la palabra, en cualquier idioma, en castellano, en gallego, en catalán o en vasco, qué más da. Su poesía, su espíritu creativo, aflora sin remedio hasta en las dedicatorias de sus libros, que decora con bellos dibujos pintados a acuarela. 

Sus poemas no nacen para ser entendidos, sino escuchados y recitados, como una dulce melodía que embelesa con la primera nota. La palabra cobra todo el sentido pronunciada en sus labios, porque como él mismo dice, el poeta no sabe el qué, ni el por qué, sino el cómo. Y el cómo, es en su pluma un lugar mágico y maravilloso que habita la otra orilla. 

Bajo la humildad más absoluta escucha nombrar sus numerosos e importantes premios, sus títulos nobiliarios como se refiere a ellos, casi sin inmutarse, siempre con una sonrisa. Ay su sonrisa... tan abierta y sincera, que dan ganas de sonreír por imitación. 

Desaparece esa sonrisa solo cuando evoca a otros poetas o cuando recita sus versos... Con la serenidad del que domina el tema sobradamente, comienza a hablar de Guadalupe Grande, de Tomás Navarro Tomás, de Juan Carlos Mestre, de Gamoneda...  y no puedes entender de dónde procede tal conocimiento, tal sabiduría, tal claridad de ideas y argumentos. Un alma anciana y sabía en un cuerpo de veinteañero. ¿Acaso se habrá reencarnado Lorca en su cuerpo?, me pregunto mientras lo escucho sin dar crédito de lo singular del momento.

"¡Qué maravilla! Este chico tiene que venir todos los años"—me dijeron repetidas veces ese día varias personas, hechizadas, (hechizados todos) bajo su embrujo. Para siempre, irremediablemente. Asombrados por tan increíble talento. Emocionados por lo vivido. Felices por lo compartido. 

Gracias, a mi querida Concha Vázquez por ser el punto de partida y de llegada de este encuentro inolvidable. ¡Qué felicidad compartir con ella otra tarde mágica!

A veces, que un gran escritor o poeta cambie los rascacielos, o los edificios, por las casas de pueblo, ya es sí mismo, un pequeño milagro. Así que no me queda más que dar las gracias a Mario Obrero por venir, por querer estar y por regalarnos esas deliciosas horas con su presencia. Gracias porque hayamos disfrutado de un poeta extraordinario en Munera. 




Si después de leer está crónica, no te pica la curiosidad y no  has  ido corriendo a buscar quién es Mario Obrero, sigue leyendo...

" ... los estudiantes de español me recitan al unísono Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas ...

"...ahora soy un poeta de lo desconocido que escribe en una lengua desconocida..."

..."estoy construido con hierba vieja y flores de invierno vivo"

"Todos somos huéspedes de la vida...".

" ..., cumplo dieciséis años y noto mi alma crujir como rodillas adolescentes... Los poetas tienen una caja de lápices que abren cada atardecer mientras lloran en griego "

"Si con un bisturí envuelto en hiedras abriesen mi pecho encontrarían un mar pequeño y tranquilo como gorriones acurrucados en el barro"

"...el que regresa tiene una caja de música y el alma le cruje como una guitarra".

"Quizá sea la poesía ese canto necesario que balbucimos a tientas. Un canto que se gesta..."

"Mi madre me despide con el cordón umbilical en sus manos"

"Les cuento que breva no tiene traducción en inglés, que nunca he ido a una corrida de toros y que Rosalía de Castro tenía una ventana que miraba al mar"

"He soñado con mis ancestros y su olor a patatas robadas los he visto varear olivos con la cara llena de espinas he visto a mis abuelos bailar sobre una montaña de ajos ..."












Biografía de Mario Obrero


Mario Obrero es un joven y talentoso poeta español nacido en Madrid en 2003. Desde muy temprana edad, Obrero mostró una gran pasión por la escritura y la poesía, comenzando a escribir sus primeros versos a los siete años.

En 2018, con solo 15 años, ganó el Premio Nacional de Poesía Joven Félix Grande, uno de los galardones más prestigiosos para jóvenes poetas en España.

En 2019, publicó su primer libro de poesía, "Carpintería de armónicos", que recibió elogios de la crítica y los lectores. Le siguió "Ese ruido ya pájaro" en 2019, "Peachtree City" en 2021, "Cerezas sobre la muerte" en 2022 y "Tiempos mágicos" en 2024. “Con e de Curcuspín” publicado recientemente es su último libro.



En 2021, se hizo con el Premio Loewe de poesía a la Creación Joven, consolidando su posición como uno de los poetas jóvenes más destacados de España.

La poesía de Mario Obrero se caracteriza por su originalidad, profundidad y capacidad para abordar temas complejos de manera accesible. Su estilo, innovador y expresivo, ha sido elogiado por críticos y lectores por igual.

Además de su trabajo como poeta, Obrero ha demostrado su compromiso con la literatura y la cultura. Ha colaborado con Radio Nacional de España y ha presentado el programa "Un país para leerlo" en TVE, contribuyendo a promover la lectura y la literatura entre el público español.






Una vida

  Dedicamos gran parte de nuestra vida a esperar, ignorando que la fiesta está aquí, que somos nosotros. Recordar es llegar.                ...